Óscar García CoachMe
Es de noche, el clima en Mazatlán sigue presentado temperaturas que ameritan más una bebida refrescante que un delicioso atole de pinole o un buen ponche de frutas. Los suéteres siguen asoleándose para cuando las temperaturas desciendan, ni qué decir de los gorros y bufandas, sólo para las fotos.
Sobre la mesa del jardín, un estudio de 2019 de la Agencia Europa Press que versa acerca de las preocupaciones de los millennials. Los datos son reveladores. Les inquietaba sobre manera el cambio climático, las guerras y la desigualdad social, corrupción y conflictos religiosos. Todavía no aparecía COVID 19 y la sacudida a los sistemas de salud, ni los grandes retos para la salud emocional.
Faltan pocos días para brindar por un próspero 2022. Las noticias sueltan información ante el asombro de la mayoría, se afirma que la batalla contra este maldito virus continúa, y cuando Delta parecía contenida, aparece como regalo de Navidad y con toda su fuerza Ómicron. Un desafío más para desarrollar con mayor disciplina y perseverancia la tolerancia a la incertidumbre, una tarea pendiente para muchos de nosotros. Es decir, todos, de alguna forma tratamos de aprender a lidiar con la falta de respuestas.
Estoy consciente de que cada mente, cada corazón, se alimenta de mejor manera desde la evidencia que nos da certeza, no ayudan las ocurrencias llenas de juicios y creencias limitantes. Es muy cierto que en el camino de la vida experimentaremos algunas situaciones que nos regalan mayor firmeza, pero existen otras situaciones que nos hacen más frágiles, hasta arrastrarnos a un profundo sentimiento de vulnerabilidad. Lo que es un hecho es que, para vivir en bienestar, debemos encontrar muchas respuestas, esas que de verdad valen, y dejar a un lado aquellas que brillan mucho, pero que tarde o temprano muestran su fragilidad e inconsistencia.
Lo que es un hecho, nos guste o no, es que a lo largo de la vida afrontaremos el reto de hacer frente a numerosas situaciones poco claras. Seguramente, en muchas ocasiones estaremos limitados para predecir con exactitud lo que va a ocurrir o comprender a la perfección por qué algo ha sucedido. Un gran reto en todos los dominios es encontrar el modo de tolerar un futuro indefinido o un pasado sin explicaciones convincentes.
Arrancamos el 2022 con el desafío de entrenar la mente y el corazón para desarrollar un pensamiento flexible, abiertos a diversas alternativas y capaces de armonizar las diferentes miradas del observador sin que nos produzca esa sensación incomoda de pérdida de significado personal. Resolver el cómo soltar la necesidad de control, vivir con más libertad, con menos miedo y estrés.
Doy el último sorbo a la bebida mientras reviso con detenimiento los mensajes de mi plataforma personal. Las solicitudes de apoyo crecen asombrosamente, resumir las peticiones de mayor frecuencia es fácil, por mencionar algunas: “No encuentro cómo sentirme bien”, “Me siento solo” “Esa terrible sensación de sentirme culpable que quita las ganas de seguir”.
Con tristeza, confieso que solo un 20% da el primer paso, querer aprender, aceptar que necesitamos ayuda. El resto sigue perdido en la no aceptación de que necesitan apoyo.
Música festiva y gritos eufóricos estimulados por las ambarinas y algo más… sólo disfrazan nuestras emociones. Pero me recuerdan que es momento de celebrar los logros y mantener por todo un año los tiempos de esperanza.
Agradezco a cada uno de los seguidores que me has acompañado, desde mi corazón consciente les deseo las más grandes bendiciones para el año que inicia. Seguimos conectados en nuestras redes.