María Fernanda Rodríguez Castro
La manera en que respondemos diariamente ante las situaciones que se nos presentan está íntimamente ligada a las posibilidades de éxito y bienestar en nuestra vida. Una palabra mágica que nos podría resolver infinidad de problemas o situaciones de conflicto es la asertividad, la cual forma parte de las habilidades sociales de las personas y se le conoce como las conductas y pensamientos que nos permiten defender la postura de cada uno sin mostrarse pasivo, pero tampoco agredir ni ser agredido.
Mencionaremos los tres tipos de respuesta más comunes:
1. Respuesta agresiva
2. Respuesta asertiva
3. Respuesta pasiva
Las personas agresivas muestran esta respuesta como aprendida para resolver sus conflictos, sin embargo, a la larga el conflicto se incrementa como resultado de esa respuesta.
El otro polo son las personas que reaccionan de forma pasiva, quienes por lo general no dicen lo que piensan y sienten, ya sea para agradar al otro o por sentir miedo significativo al abandono, intentando complacer en lo que los demás decidan.
Cualquiera de estas dos conductas anteriores o maneras de andar por la vida causan la mayoría de los conflictos que nos afligen, dejemos de lado esas respuestas haciendo consciente que la asertividad se tiene que trabajar diariamente.
Algunos tips son aprender a decir no sin sentir pena, hablando en primera persona lo que pienso, hacer ver cuando hay algún error de algo que yo no solicité, no disculparse por expresar tus deseos o pensamientos, no justificar tu opinión por que otros no estén de acuerdo, las personas no asertivas, por su necesidad de agradar, se creen obligadas en dar una explicación o justificación para cada elección que hacen. Por último, pero no menos importante, ser persistente en la vida.
De esta manera, siendo asertivos tendremos una mejor comunicación al dirigirnos con la persona indicada, de la manera indicada, en el momento indicado. Son las tres premisas de la comunicación asertiva.
Y tú ¿de qué manera respondes?