Y ahora que ya pasó todo, que nuestro ser querido murió, ¿qué hago con sus cosas?
Es muy común que en terapia, las personas que están en proceso de duelo me pregunten cuál es el momento para desprenderse de las pertenencias de un ser querido que murió. La duda de cuándo recoger, regalar, tirar o recolocar las cosas del fallecido suele preocupar al doliente.
Hace poco, una amiga pidió que le recomendaran una serie interesante en la famosa plataforma de Netflix y, entre varios títulos, hubo uno que me llamo la atención; como buen tanatólogo, siempre me interesa los temas de vida-muerte y esa serie fue “Mudanzas al cielo”. Inmediatamente la comencé a ver. Realmente me atrapó desde el primer capítulo por la temática del gran respeto que los asiáticos tienen a sus difuntos.
Se trata de una pequeña compañía coreana que se dedica a ordenar y hacer limpieza de las pertenencias del que muere; los familiares se comunican y piden los servicios, ya que se presentó la muerte de un ser querido. Es muy interesante como lo llevan a cabo: lo primero que hacen es un pequeño, pero serio ritual de respeto al difunto; se dirigen a él y le piden permiso para dar inicio a dicha labor.
Un joven con asperger y su tío ex convicto hacen la limpieza y ordenan la vida de quienes parten para que sus seres queridos conozcan esas historias que quedaron sin contar. Existe una narrativa interesante, dinámica y natural alrededor de estas historias y la hacen de una forma altamente emotiva.
“Mudanzas al cielo” es una serie surcoreana que se estrenó el 14 de mayo de 2021, pertenece al género de los k-drama, aborda temáticas como el síndrome de asperger y las historias que dejan atrás las personas fallecidas. La trama principal gira alrededor de Geu Ru, un joven que tiene síndrome de asperger. La aventura comienza cuando entra a trabajar su tío a la empresa, que es un joven sin ningún respeto a los muertos y que poco a poco comienza a entender su labor, que consiste en la organización de artículos dejados por personas fallecidas para que sus familiares conozcan esas historias no contadas.
Esta serie encamina al público a la reflexión sobre la vida y la muerte. Es una temática profunda y emotiva. Después de toda una vida acumulando posesiones, el deceso de una persona deja tras de sí una serie de gestiones para las que es difícil estar preparado.
Después de ver pocos capítulos, observé que el trabajo de Geu Ru es terminar seleccionando los principales artículos del fallecido y es asombroso lo que solo ocupa y no llena una caja de la que llamamos archivo muerto; a eso se reducen nuestras importantes pertenencias. Esa reflexión me llama mucho la atención, incluso yo solo, hice mentalmente ese ejercicio de guardar en una caja realmente las pertenecías más importantes, las que quisiera dejar a mis seres queridos y reflejaran mi personalidad; efectivamente, no llenas una caja.
Estamos rodeados de miles de pertenencias, pero son cosas superficiales, compramos y compramos, estamos inmersos en un sistema que nos ha enseñado a que entre más tengo, más valgo. Entre muchas de las lecciones que me ha dado esta serie, me comprometo conmigo mismo a hacer mi propia caja y poner los objetos que quiero compartir y a quien escribir esas cartas, a mis personas favoritas, antes de partir, porque realmente lo importante no es lo que valen los objetos, sino el valor sentimental que nosotros le damos, pero sobre todo, es asegurarnos que esos objetos lleguen a la persona que queremos y no dejarles totalmente la tarea a los demás y que se pregunten: ahora que ha fallecido, ¿qué hago con sus cosas?
Octavio Robledo León
Psicólogo clínico-tanatólogo
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