Óscar García CoachMe
Estoy frente al ordenador, excesivamente emocionado. Si le pusiera un nombre, afirmo que inspirado, porque después de una pausa consciente más larga de lo que esperaba, iniciamos el mes de noviembre con los primeros despliegues del resultado de un trabajo colaborativo muy ilusionante y esperanzador.
Espero que te regales un tiempo y permiso para navegar por Facebook, Instagram, YouTube y LinkedIn y seas testigo de algunos de los cambios con los que deseamos conectar con mayor fuerza contigo. La evolución lleva riesgos que hemos decidido retar para aprender nuevas formas y maneras que deben reflejarse en el trabajo consciente de la plataforma donde se generan los proyectos transformacionales más inspiradores.
Cómo parte del kickoff de este nuevo enfoque al proyecto CoachMe, surgieron preguntas muy poderosas, por mencionar algunas: ¿Cómo nació CoachMe? ¿Qué me inspiró? Para mi sorpresa, y para dar respuesta, observé que lo inconsciente se volvió consciente, lo obvio lo racionalicé; me otorgué ese permiso para un viaje intencionado al interior, ese itinerario que a veces nos asusta y otras nos deleita, pero lo que es seguro es que nos genera un mundo emocional lleno de mensajes, de avisos, de pensamiento y estados de ánimo.
Así, por mi mente y corazón pasaron imágenes y recuerdos, como la idea de crear una escuela de sombras, esa figura que mitiga la angustia que experimentamos los padres de familia para tratar de encontrar la mejor compañía para nuestros hijos en su proceso de enseñanza aprendizaje; por mejor intención que tengamos, son insuficientes esos recursos tanto en la escuela como en la casa, para atender las necesidades de personas con capacidades diferentes. Más impactante, esa angustia en las familias vulnerables ya sea por la misma necesidad económica o por ambientes sociales no sanos, que solo incrementan el nivel de reto.
Debo aclarar que con esa idea llegué al máster en España, fue al caminar de mi MAPPA y bajo la guía de expertos con alto nivel de experiencia en el mundo de las ciencias del bienestar que evolucionó a programas de intervención con mayor certeza y efectividad, que es lo que significa a CoachMe, mi fundación-empresa.
Fue mi propia transformación la que me acercó más al sector empresarial, para hacerme más consciente de lo vulnerable que pueden ser sus líderes por el alto nivel de exigencia y competencia a los que día a día somos expuestos. Y si algo faltaba, le agregamos una pandemia de repercusiones históricas que cimbró las bases de las forma y manera de operar, pero que no disminuyó el compromiso de logro de objetivos organizacionales previamente trazados; en algunos casos desencadenó el reto de ir por lo mismo, sin la estructura y recursos que la situación demanda, impulsado más por el deseo de sobrevivencia. El resultado: un alto incremento del número de trabajadores “quemados” (achicharrados diría yo). Las camas de hospital no solo fueron para atender casos Covid, sino también las consecuencias ingratas de un estrés mal gestionado. Aquí se potencializó el efecto Coach Me.
Para aprender a caminar con una nueva realidad, creamos los programas Platicando en Tiempos de Covid, Pensar con Bienestar y Time to Feel. La invitación casi angustiosa de una querida y energizante activista social en su caminar por la política, fue el impulso para navegar por este mundo de las redes con mayor intensidad, su resultado es impactante, pero el compromiso adquirido es más fuerte.
Buscando respuestas, decido estudiar a mayor profundidad la Inteligencia Emocional, encontrando en PREXIE un gran aliado. Son las 2 de la mañana del sábado, estoy sin dormir, escuchando a Álvaro Merino, mentor de la Escuela del Real Madrid de España, quien lleva la batuta de la clase de la semana. Sus primeras afirmaciones me cimbran, tanto por su alto nivel de conocimiento y experiencia en el tema del deporte de alto rendimiento como por su similitud con la vida de las familias vulnerables a quienes un día decidí apoyar.
Resuenan frases como: “la vida es frágil”, “somos lo que entrenamos”, que en un mundo lleno de motivadores debemos hacernos responsables del desarrollo de la voluntad, no es lo mismo ser exigentes para desarrollar la voluntad que el maltrato típico de las conductas llenas de frustración y resentimiento.
Regreso al principio, la indefensión aprendida, el estudio del estilo atributivo y cómo afrontar mejor nuestros retos, ese mismo tema que motivó a Martín Seligman a promover y desarrollar a mayor conciencia la Psicología Positiva. Y con el respeto gigantesco, en la comparación a Oscar García al crear y cocrear Coach Me, buscando liberar a muchos de la cárcel psicológica para brindarles la libertad de eliminar desde la consciencia las creencias limitantes, reducir en la medida de lo posible el impacto de los momentos no deseados, aumentar nuestros recursos emocionales positivos y darnos el permiso de ser humanos, para disfrutar lo bello y positivo que incluso la misma adversidad puede regalarnos.
¿Por qué estudiar a consciencia la indefensión aprendida?, la respuesta es muy sencilla: para ayudar a las personas en vulnerabilidad a salir de su prisión psicológica impuesta por ellos mismos y sus creencias, donde decretan que nada de lo que hagan puede cambiar las circunstancias, quedando atrapadas y atadas al pasado, aceptando inconscientemente su rol de víctimas.
Es importante mencionar que, en ocasiones, la indefensión se manifiesta solo en ciertos contextos, precisamente en aquellos donde se originó. Pero en la mayoría de los casos, se extiende a todos los dominios de la vida, de tal manera que llegamos a decretar nuestra incapacidad para alcanzar nuestras metas, a tal punto de llegar a la desesperanza aprendida que viene acompañada de una profunda baja autoestima.
Te invitamos a aprender hábitos sanos, con recursos validados por el rigor de la ciencia, en nuestras diferentes alternativas de apoyo. Desde hoy, haz de CoachMe tu entrenador psicológico emocional y acompáñanos en este motivador viaje a la mente y corazón de los seres humanos.
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