Hay muchas maneras de practicar yoga, de unirse a la gran conciencia y una de estas maneras es el karma yoga o yoga de la acción, que consiste en hacer acciones desinteresadas que beneficien a alguien y, según la ley del karma, este beneficio regresará a quien lo dio. Muchos benefactores a la sociedad, gente buena que ayuda con su tiempo a quien lo necesita, tal vez ni siquiera es consciente de que así está practicando yoga, sin embargo, estas personas siempre estarán rodeadas de buen karma. Simplemente sonreír a un desconocido en la calle nos llena de amabilidad y buen karma; sin duda esa sonrisa se nos devolverá amplificada. Es decir, somos el espejo del otro; lo que hagamos a otros nos lo hacemos a nosotros mismos. Cuando hacemos un comentario positivo a alguien, esta simple acción puede ser profundamente transformadora para todos. Con una palabra podemos inspirar, motivar, llenar de fortaleza a alguien, etcétera.
El yoga de la acción desinteresada es muy poderoso, por lo que practicarlo llena de alegría y satisfacción tanto a quien lo da como a quien lo recibe.
Hay varios ejemplos de karma yoguis famosos: Martin Luther King, Gandhi, Nelson Mandela y varios Premios Nobel de la Paz.
Aquí mismo, en Mazatlán, acabo de conocer la labor de la Fundación ORIGAMI Vida Interna, verdaderos karma yoguis, que sin saber que practican el yoga de la acción, de manera desinteresada brindan tiempo, amor y recursos al sector más marginal de la sociedad: las personas privadas de la libertad. ¿Por qué ORIGAMI le dedica su tiempo a una causa tan controversial? ¿Qué ve ORIGAMI en las personas que han delinquido? La respuesta es que ORIGAMI lo hace absolutamente de manera desinteresada y al dar tanto transforma todo. ORIGAMI puede, con sus acciones desinteresadas reformar al más marginal, ese es el poder del Karma Yogui.
Laura Graef dará respuesta a preguntas relacionadas con yoga en lauragraef@hotmail.com