Por María Fernanda Rodríguez Castro
¿En ocasiones te sientes agotado, triste, con mil pendientes o incapaz de realizar tus actividades en el trabajo? Posiblemente te encuentres bajo los efectos del síndrome de burnout o bien conocido como el síndrome del quemado; en ocasiones, el trabajo se convierte en un agente estresante en nuestras vidas y constantemente vivimos bajo estrés
Naturalmente, el estrés es una reacción normal del cuerpo que ayuda a salir adelante en alguna situación de ataque o huida, en ese momento nuestro cuerpo segrega sustancias químicas como la dopamina, noradrenalina, serotonina, que tienen el efecto para salir adelante en momentos de crisis, sin embargo, cuando nos mantenemos constantemente bajo los efectos del estrés laboral y el cuerpo se acostumbra a trabajar bajo estas circunstancias físicas y psicológicas, comienza a convertirse en algo dañino ya que se encuentra el mismo cuerpo intoxicándose bajo el efecto de estas sustancias por tiempo prolongado, a lo cual el cuerpo comienza a acumular una cantidad de energía, que no puede liberar, y elige órganos meta; en ocasiones son dolores de cabeza o migraña, dolores estomacales, espalda, contracturas, etcétera.
El estrés laboral actualmente es una de las mayores causas de ausentismo o baja productividad en las empresas, es importante poner atención en el tema y tomar medidas en caso de presentar alguno de los siguientes síntomas;
Agotamiento
Falta de concentración
Problemas de salud
Falta de motivación
Irritabilidad
Baja productividad
Por todo esto, se recomienda no establecer al trabajo como prioridad en su vida y que todo gire en torno a él. Es importante llevar una vida equilibrada, mayor al trabajo de calidad y menos cantidad, intentar desconectarse y lograr ocuparse, disfrutar más y preocuparse menos, así como canalizarse en actividades que sean recreativas o nos causen satisfacción de realizar durante el día. Si los síntomas persisten, hay que acudir a atención psicoterapéutica.
Por ello es importante trabajar en aquello que nos apasione, no es lo mismo interés que pasión. ¿Cómo saber cuál es la diferencia? Cuando nuestro corazón late por aquello que realizamos y una fuerza interna nos motiva, seguramente estaremos haciendo nuestro trabajo con pasión.