Las bellezas naturales, la cultura de una ciudad, su gente y por supuesto la gastronomía, son pieza clave para conocer un destino turístico. En el marco del Día Mundial del Turismo, celebrado el 27 de septiembre, Club Premier te presenta una serie de platillos y estilos gastronómicos que son Patrimonio de la Humanidad y que podrás descubrir en tu siguiente viaje.
Comida tradicional michoacana
Es considerada como la cocina más antigua de todo México, y catalogada en 2010 como Patrimonio Intangible de la Humanidad. Se trata de un modelo cultural que comprende actividades agrarias, prácticas rituales, conocimientos antiguos, técnicas culinarias, costumbres y modos ancestrales. Sus ingredientes básicos son el maíz, los frijoles y el chile. Para preparar platillos se emplean utensilios como metates y morteros de piedra.
Kimchi coreano
Su origen se remonta al año 37 a.c., cuando los alimentos que pasaban por un proceso de fermentación ya eran ampliamente utilizados por las culturas asiáticas. Este platillo se caracteriza por un sabor salado y picante, que contiene un aroma intenso y avinagrado. Su ingrediente principal es la col china, aunque también se puede elaborar con rábanos, pepinos o plantas silvestres; se sazona con ajo y cebolla, y puede complementarse con frutas, carne, pescados o mariscos, todos previamente fermentados.
Pan de especias croata
Este pan es sumamente aromático y surgió en los monasterios europeos en la época medieval, luego se extendió al norte de Croacia, dónde se convirtió en una actividad artesanal. La receta contiene: harina, agua, azúcar, bicarbonato de sodio y especias. El diseño de cada pan es decisión del panadero y son verdaderas piezas de arte en las que hay desde dibujos, hasta versos.
Mastiha en Quíos
La mastiha es una resina aromática que se extrae de un arbusto milenario llamado pistacia lentiscus, nativo de la isla griega de Quíos, en Turquía. Los primeros en usarla fueron los antiguos egipcios, que empleaban la savia como remedio medicinal y como pegamento en procesos de momificación. Cultivarla exige una dedicación sumamente meticulosa, de ahí que el conocimiento de su cuidado pase de generación en generación en familias que se dedican a su producción. Con la resina que solo se da en Quíos, se hace un licor aliño, pastas y postres cuidadosamente condimentados con la fragancia de la mastiha.
Café turco
De aroma intenso y un color negrísimo, el café de Turquía es un símbolo de hospitalidad y refinamiento. Se sirve en pequeñas tazas y se acompaña con un vaso de agua, delicias dulces y de preferencia con una buena tertulia, sus restos terrosos se usan a menudo para predecir la suerte. Para prepararlo, los granos se muelen hasta obtener un polvo fino que se hierve a fuego lento en un cazo de cobre con agua fría y azúcar, hasta que aparezca la espuma. El secreto para disfrutarlo es beberlo poco a poco en pausas.
Fuente: www.clubpremier.com
Más información: Gabriela Barrios PRP / gabriela.barrios@prp.com.mx