Laura Graef
El yoga no es una religión, es practicado por humanos de todas las creencias, a pesar de que hay países musulmanes donde está prohibido; es parte de la herencia cultural de la humanidad, es una ciencia, un arte y una disciplina espiritual.
Etimológicamente, yoga tiene muchos significados, ya que el sánscrito es un idioma que, en vez de definir una palabra, habla de sus características, así que el vocablo puede definir varias cosas: integrar, unir, juntar, pegar, enlazar, conectar, método, aplicar, combinar. Hay un margen amplísimo en la interpretación del sánscrito, una lengua hermosa y críptica.
Hace dos siglos, con los primeros intentos por traducir y definir yoga, la palabra unión le sonaba bien a todo el mundo occidental: yoga igual a unión, pero los antiguos textos en sánscrito se refieren a la acción de unir o conectarse con lo absoluto y a ver la realidad total. En esta era digital, creo que el verbo conectar define mejor el proceso del yoga en nuestras mentes, acostumbradas a la tecnología. Yoga es conectarse a la conciencia universal, plena, a la realidad total. Yoga es un verbo, que se traduce como la acción de conectarse con el gran todo, es decir, darse cuenta de la realidad e iluminarse.
Por suerte, Patanjali define yoga en su segundo sutra: yogas citta vrtti nirodhah, es decir, yoga es detener los movimientos de la mente. La acción de conectarse se logra deteniendo los movimientos de la mente.
Solo practicando y estudiando acerca de la ciencia del yoga es posible formarse una idea del significado real del concepto. La palabra está llena de simbolismos. Como yo lo veo en este momento de mi práctica, yoga es el proceso de conectarse a la realidad total.
En el camino a detener o calmar la mente, un humano que hace yoga fortalece, embellece, rejuvenece, flexibiliza y cura su cuerpo físico. Todos los practicantes frecuentes de esta disciplina tienen organismos fuertes y hermosos. La recompensa física y estética la hacen una actividad sumamente atractiva para quien se inicia. El hecho de que el cuerpo se transforme es apenas la punta del iceberg, una bienvenida generosísima que da el yoga como regalo introductorio a los humanos.
Justamente, la recompensa física de la práctica es lo que tiene a los hombres y mujeres de la era digital empalagados, obsesionados y entusiasmados con todo lo que tiene que ver con el yoga; la simple palabra proyecta salud y bienestar.
¡Practica yoga!